Este Halloween... ¡Que no te den calabazas!
Fruta otoñal por excelencia
de rostro tallado con paciencia.
Pelota anaranjada y hueca,
boca entre la sonrisa y la mueca.
Luciérnaga que habitas dentro...
¡ ilumina las noches sin cielo !
- Andrés Flórez Herrero -
"Dar calabazas a una persona" significa, groso modo, fustrar sus expectativas. Desde el punto de vista amoroso sería rechazarla como pareja; desde el de la amistad, no realizar el favor que nos pide; y, desde el académico, sería ponerle un "cero patatero" en un examen. A este respecto, recuerdo las historias de los hermanos Zipi y Zape, en las que al suspender eran "premiados" con una gran calabaza.
Y si hubiera que dar un premio a la calabaza más popular esta sería a nuestra querida Ruperta del "Un, dos, tres... ¡responda otra vez!", uno de los concursos más famosos de la historia de la TVE. También aquí tenía una connotacion negativa, pues al concursante que le tocaba le suponía volverse a casa con las manos vacías.
Tras este recorrido por la expresión "dar calabazas" habréis podido comprobar que nada tiene que ver con la calabaza de Halloween. Esta viene de una antigua leyenda celta en la que se explica la historia de Jack “El tacaño”, quien tras engañar varias veces al Diablo, finalmente es desterrado del infieno y condenado a vagar toda la eternidad por el mundo entero alumbrándose con una linterna hecha con una calabaza.
Llegó el momento de personalizar tu calabaza de Halloween combinando ojos, narices y bocas a tu gusto; tampoco faltan los complementos más terroríficos y divertidos para que cuides hasta el último detalle.
